martes, 23 de noviembre de 2010

Llegó el otoño...

... y con el, llegó el frío, al agua, el viento, también las castañas, las sopitas calientes después de entrenar y esas infusiones de menta y regaliz.
En otoño cuesta entrenar, después de casi 1 mes de descanso hay que volver a retomar la actividad física y justo en el peor momento del año, cuando peor es tu estado de forma, cuando peores son las condiciones climáticas, por eso hay que buscar motivaciones y rodearte de gente divertida, que sepa hacer de cada entrenamiento una fiesta.
Y así ha sido en cada una de las salidas de Bici de Montaña que hemos hecho en este principio de temporada, más que un entrenamiento ha sido una reunión de amigos divertida.
Así ha sido hasta ahora y lo mejor es que así va a seguir siendo muchas semanas más.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Entrevista Crónica de Cantabria


ENTREVISTA A FERNANDO GARCÍA AJA, CAMPEÓN DEL MUNDO DE IRONMAN
Por Antonio Cerezo, ( www.cerezo.info )

“Para ganar tiene que salir todo perfecto”

“Lo psicológico es fundamental porque el límite físico llega antes que el mental”

“Mientras disfrute con ello seguiré haciéndolo”

Fernando García Aja (Bilbao, 30 de octubre de 1.965) es un bombero de profesión que añade a su loable actividad laboral una afición realmente dura como es el triatlón. Acabe de proclamarse campeón del mundo de Ironman –“hombre de hierro”- en la cuna de este deporte, Hawaii. Ha dedicado 9 horas, 18 minutos y 21 segundos en recorrer, seguidos, 3.800 metros nadando, 180 kilómetros en bicicleta y 42,195 –una maratón- a pie. Este súper hombre vive en Castanedo, cerca de Galizano, en una tranquila casa que comparte con su pareja, Inma Pereiro, también triatleta. Todo un ejemplo de superación y de tenacidad.

¿Cuánto tiempo lleva practicando el triatlón y cómo se inició en él?
Ésta es la temporada veintiuno y mi comienzo en este deporte fue por casualidad porque yo me dedicaba a los rallies. Salía a correr sólo para mantenerme en forma y disputaba alguna carrera popular de vez en cuando. Un día vi un anuncio de un triatlón, me acerqué a verlo y me enganchó. No había competido nunca ni en natación ni en bicicleta pero me dije: A ver si puedo terminar uno.

¿Hay que tener un punto de locura para meterse seguidos entre pecho y espalda 3.800 metros nadando, 180 kilómetros en bicicleta y 42,195 –una maratón- a pie?
La clave es no pensarlo mucho. Reflexiono ahora sobre lo que he hecho y me parece imposible haber logrado esas metas. Una vez que empiezo a nadar, casi sin saber cómo, se va haciendo.

La prueba a la que antes aludíamos se llama Ironman –“hombre de hierro”- y es el triatlón extremo. ¿Cuántas de éstas ha corrido en su vida?
He corrido 14 en esas 21 temporadas que llevo. El primero en el que participé fue en Ibiza, en 1.998, y acabé pero fatal. De hecho, dije que no volvería a hacer ninguno más (risas). El siguiente fue en Lanzarote en 2.003 y ha sido la única vez que me he retirado. Tras ello decidí continuar sólo para demostrarme a mí mismo que podía hacerlo. Desde entonces hago dos ironman por año.

¿Cómo se prepara física y psicológicamente una persona para afrontar semejante reto?
En el apartado físico entrenando muchas horas. Cuando me estoy preparando para un ironman hago una media de entre 20 y 25 horas semanales. No hago mucha natación –unas 3 horas-, algo más a pie –unas 4 ó 5 horas- y, el resto, bicicleta. La prueba en la que destaco es en la carrera a pie, pero si el corredor está fuerte y bien preparado en la bici tiene la posibilidad de ir a buen ritmo sin gastar demasiada energía. Lo mental va unido a lo físico y lo preparo cada día porque paso muchas horas con mis pensamientos y mis sensaciones. No obstante, soy un convencido de marcarse pequeños objetivos, no grandes que te desvíen del camino.

Acaba de volver de Hawaii tras llevarse la victoria en su categoría –de 45 a 49 años- y, con ello, el campeonato del mundo de esta durísima especialidad. Cuéntenos cómo fue su experiencia en esta isla del Pacífico y las sensaciones tras su victoria.
Antes de salir no iba muy confiado en mis posibilidades porque notaba que iba algo justo de entrenamiento. Además, había parado tres semanas debido a que mi padre estaba enfermo. Por ello me lo planteé de inicio casi como unas vacaciones para relajarme. Sin embargo, fue llegar a Hawaii y encontrarme muy bien anímicamente. Salí sin objetivos aunque pensando en quedar entre los cinco primeros. La prueba a nado, contrariamente a lo que soy yo, me salió fenomenal. En la bicicleta, tras la transición, comencé a remontar puestos sin hacer demasiado gasto de energía porque ya pensaba en la prueba a pie. Al bajarme de ella iba en el puesto 14 y tenía a los primeros a 15 minutos, una distancia que había recuperado en otras carreras. Salí muy ambicioso y en 10 kilómetros ya estaba entre los cinco primeros. Mantuve el ritmo y en el kilómetro 30 me situé primero. Los calambres comenzaron a aparecer pero la energía de encabezar la prueba me hizo tirar para adelante. Tras ganar lo disfruté mucho porque realmente no lo esperaba. A otras pruebas había ido mejor preparado y no había obtenido tan buen resultado. Está claro que para ganar tiene que salir todo bien y tener, como tuve, un día perfecto. Sentía que podía con todo.

Empleó 9 horas, 18 minutos y 21 segundos. ¿Hay tiempo de recuperar el aliento en algún momento o cada vez se va a peor?
Durante ese tiempo es imposible mantener un ritmo constante porque no es una contrarreloj. Se sufren baches físicos y a veces vas mejor y otras peor. Pero sí hay margen para relajarte en algún momento y poder continuar. Eso sí, en los momentos de bajón es importante que la cabeza tire hacia adelante. Hay que pensar en que es algo que va a pasar rápido y que pronto llegarán otra vez las buenas sensaciones. Si es al revés, la retirada llegará rápido. Lo psicológico es fundamental porque el límite físico llega antes que el mental.

En la prueba de bicicleta le sancionaron por hacer “drafting” –seguir la rueda de otro competidor a menos de 10 metros- y tuvo que estar 5 minutos esperando en la transición entre ésta y la carrera a pie. ¿Qué se le pasó por la cabeza en ese momento?
En Hawaii había 1.900 participantes y cuando llega la prueba de bicicleta es muy difícil encontrar un hueco para no caer en sanción. Se me hizo inevitable y era, además, la primera vez que me sancionaban por ello. Al pararme pensaba: Todos a los que he adelantado me vuelven a adelantar ahora. Procuré no pensarlo, me relajé e, incluso, aproveché para recuperar un poco, ya que, aunque no se puede tomar nada ni ir al baño, sí que bajé pulsaciones. Además, me quedaban 42 kilómetros corriendo por delante.

Hawaii es uno de los paraísos de este tipo de pruebas. ¿Les da tiempo a ver el paisaje o con seguir compitiendo tienen bastante?
De hecho, el triatlón se inventó en Hawaii por una apuesta de tres marines americanos que destacaban, cada uno de ellos, en natación, bicicleta y carrera a pie y quisieron hacer una prueba conjunta para ver quién era el mejor. Durante la competición hay momentos en que da tiempo a ver algo, pero, en general, hay que ir centrado. No obstante, el circuito, que es una pista de lava, no es lo más bonito de la isla.

Un viaje como éste tiene un precio bastante alto. ¿Cuenta con ayuda pública y privada o tiene que hacer frente a los gastos Usted solo?
Tuve una beca del Gobierno de Cantabria pero me la retiraron por la edad. Ahora mismo compito en el SVC Seguridad, de Vitoria, y me apoyan Spiuk, Ultimate-Stack, Seland, Avia, sincamaras.com y Argon 18, todos patrocinadores privados que me permiten poder seguir en la brecha y a los que les agradezco su confianza.

¿Cuál es su siguiente objetivo?
Para competir en Hawaii hay que hacerlo a través de una clasificación, pero al ganar la prueba este año, ya estoy invitado a participar en 2.011. Trataré de volver para intentar ganar y, si puede ser, batir el récord de la prueba, del que me quedé a 7 minutos, contando la sanción de 5. El próximo ironman será, probablemente, en Lanzarote en mayo, como este año, para preparar Hawaii otra vez. No obstante, por el camino compito mucho en atletismo, duatlón, triatlón, etc.

¿Se dedica profesionalmente al triatlón o lo compagina con otra actividad?
Lo cierto es que soy bombero en el aeropuerto de Parayas y es lo que me da de comer, la verdad. El triatlón es afición. No obstante, es una actividad que me permite entrenar mientras estoy allí porque contamos con gimnasio y cintas para correr. No es un trabajo de bombero al uso, aunque hacemos mucho simulacros, porque tiene más que ver con el control que con la actuación. Eso sí, hay gente en España que vive de ello, como Eneko Llanos, Javier Gómez Noya, que ha sido campeón del Mundo, o Ainhoa Murúa.

¿Hasta cuándo va a seguir?
No me pongo ninguna fecha. Mientras disfrute con ello seguiré haciéndolo. Cuando llegue a una competición y no disfrute ni tenga ganas, me apartaré.

¿Siente envidia de otros deportes, como el fútbol, menos sacrificados y donde se gana mucho más dinero?
Siento envidia del seguimiento mediático y del aspecto económico pero el deporte que he elegido yo es el triatlón y si volviese a nacer, no dudaría en volverlo a hacer. Eso no quita, aún así, que nos veamos poco reconocidos y que no se divulgue más nuestro esfuerzo.

De los lugares del mundo que ha visitado, ¿cuál es el que más le ha gustado?
Me ha encantado Hawaii por lo diferente que es. Allí se vive como a mí me gusta: con tranquilidad, sin estrés. Como anécdota, me llamó mucho la atención cómo los coches se paraban en medio de la carretera para ver la playa o el paisaje, llegaban otros por detrás y nadie pitaba.

De los que no ha visitado, ¿a cuál le gustaría ir?
Me gustaría visitar Tailandia o algún país árabe. De hecho, me estaba planteando competir el año que viene en Abu Dhabi que, aunque no es ironman, sí es triatlón de larga distancia.

¿Cómo surgió la idea de crear un blog personal de vivencias - feraja.blogspot.com-?
Aitor, un amigo mío, me animó a hacerlo y lo comencé como un diario personal pero me sorprendió ver que la gente entraba, leía y hacía comentarios, así que eso me animó a continuar con ello y me da esa doble satisfacción de disfrutar yo y la gente que me apoya.

Por último, cuéntenos alguna anécdota graciosa que le haya ocurrido entrenando o compitiendo.
Recuerdo, en un campeonato regional de triatlón, que iba segundo al empezar la prueba a pie y corría para tratar de alcanzar al que yo suponía primero. Sin embargo, en un momento dado, ese corredor me adelantó montado en una moto de la carrera. Al llegar a la meta me comunicaron que el vencedor había sido él y que yo había quedado segundo. Es amigo mío y ahora lo veo hasta gracioso, pero fue bastante extraño. Por lo visto, me comentaron que, yendo él primero, la moto que abría la carrera le confundió y se metió por una carretera que no era. Casualmente fue cuando yo lo adelanté por el camino correcto, de ahí que no le viera. El hombre de la moto, supongo que apenado por haberle chafado la carrera, no tuvo una ocurrencia mejor que decirle que se subiera que él le llevaba hasta donde estuviese yo. Y así lo hizo.