Es fácil contar las carreras cuando te salen bien, pero cuando no es así, le das muchas vueltas a las cosas, quieres volver atrás y empezar de nuevo, pero eso no es posible.
Zarautz es una carrera que conozco mejor que nadie, ha cambiado mucho a lo largo de todos los años que se lleva celebrando la esencia sigue siendo la misma.
Yo esperaba poder disfrutar de esta edición, sabía que después de Lanzarote mi cuerpo aún no estaba recuperado, así que me planté en la salida con la intención de dejarme llevar por las sensaciones y disfrutar.
Después de una natación normalita esquivando rocas, salgo del agua y corriendo hacia los boxes se me rompe la cremallera del neopreno, parece que esto solo era un presagio de lo que iba a pasar a lo largo del día.
Transición rápida y comienzo a subir el alto de Meagas, aquí es donde siempre comienzo mis remontadas, pero este año la cosa va mas lenta, voy adelantando puestos pero con menos alegría que otros años.
Muchos de los que adelanto se animan conmigo y deciden ir a mi ritmo, unos de forma legal guardando los 10 metros, pero otros muchos a 5, 4, 3 o menos de 2 metros, esta sería la tónica general del discurrir de la bici.
Por momentos perdí la concentración y me dediqué más a recriminar actitudes ilegales que a dar pedales, en ese momento me di cuenta de que hoy no era mi mejor día.
Al final de la bici se sube Aia, este año por una nueva subida más dura aún que el año anterior, decían que tenía rampas del 25%, yo a partir de 20% pierdo la perspectiva y ya no se diferenciar, lo que si se es que casi me tengo que apear de la bici.
Llego a la segunda transición con malas sensaciones, no se que era pero notaba mi cuerpo raro, así que transición tranquila y salgo a correr sin forzar mucho, simplemente dejando me llevar, parece que no tengo bien el estómago, así que decido correr tranquilo los primeros km a ver si se pasa.
Y sí, las malas sensaciones se pasaron, para dar paso a las sensaciones horribles, fuertes retortijones en el estómago que a penas me dejan correr.
Voy a un ritmo de 4m 20sg por km, pero eso es lo de menos, lo malo es que voy sufriendo mucho para mantener ese ritmo, el km 10 paso en 43 m.
Pero como siempre las cosas pueden ir peor, pues a partir del km 10 mi estómago se pone peor y tengo que parar varias veces a descargar, no puedo comer nada ni beber y simplemente intentar correr es un trabajo durísimo.
En el km 14 se pasa por última vez por meta y al ver a Aitor Ruiz de Zárate decido pararme, no se muy bien con que intención, por que los recuerdos de esos momentos los tengo como sueños (más bien pesadillas), pero lo mismo que me hizo pararme, me hizo volver a correr y así poco a poco llegué a meta. Una vez más Zarautz a sido mio, pero esta vez no he podido disfrutar, al terminar me siento mejor y pienso que estoy muy mal acostumbrado, que normalmente las carreras me salen muy bien, quizás mejor de lo que merezca.
Pero esta carrera me va a enseñar mucho, por que se aprende más cuando lo pasas mal, que cuando todo sale como esperas.